Las conclusiones resumidas y extraídas de este encuentro fueron:
Un sistema educativo además de ser eficaz y eficiente debe ser funcional. Responder a las necesidades de los tiempos que vivimos exige profundos cambios en la escuela. Es por ello preciso que los centros educativos cambien de forma profunda el enfoque del aprendizaje que promueven. Determinar los estándares de rendimiento que especifiquen con precisión lo que cada alumno debe saber y saber hacer en cada materia del currículum es de capital importancia.
Convertir los centros educativos en espacios de aprendizaje, donde cada alumno gobierna su progreso hacia unos objetivos de alto nivel y valor educativo, precisará que el profesor mude su rol de expositor de contenidos a mentor, de proveedor de conocimientos a asesor en el aprendizaje, cooperando en el desarrollo de las competencias de cada alumno.
Es imperativo que las escuelas, los centros educativos, lleven a cabo un esfuerzo decidido por conocer cuál es la capacidad de sus alumnos para aprender y que, a partir de procesos de identificación sistemáticos y periódicos, ofrezcan oportunidades diferenciadas a cada uno para llegar tan lejos, con tanta profundidad y velocidad como su capacidad y domino de los contenidos les permita.
Las tecnologías móviles se revelan como herramientas que pueden ser utilizadas de manera eficaz para permitir una auténtica personalización del aprendizaje. En este sentido, es esencial que el uso de la tecnología sea vista como un medio y no como un fin en sí misma. Debemos entender que estamos ante un cambio, pero que es metodológico antes que tecnológico, si bien es la tecnología la que hará viable el cambio de modelo de escuela.Por lo tanto la formación de profesores debe ser atendida con total prioridad.
Es preciso invertir los esfuerzos necesarios en desarrollar herramientas de administración, selección de recursos y personalización de los itinerarios de aprendizaje que permitan economizar tiempo de los profesores en las tareas más repetitivas y tediosas, mejorando la calidad de su relación personal con cada alumno, donde no hay tecnología de reemplazo, pues la educación es un proceso de relación entre personas. El desarrollo del talento de nuestros alumnos y en particular de los que tienen mayor capacidad, no puede seguir siendo una asignatura ignorada en nuestro sistema educativo. El capital humano es el recurso más importante de cualquier sociedad, desarrollar el talento de los escolares más capaces es una garantía de futuro y de crecimiento social justo.
Es de primordial importancia comprender que los profesores son más importantes que nunca en un sistema educativo que precisa desarrollar la capacidad de resolución de problemas, el pensamiento creativo, el trabajo en equipo y tantas otras, que serán exigencias del mundo en el que nuestros alumnos van a desenvolverse, muchos de ellos en profesiones que todavía no existen.
Las tecnologías digitales y en particular las tecnologías móviles pueden ser, lo son ya, un factor que permite hacer accesible una educación de alta calidad a todos los alumnos, lo que favorecerá de manera importante la igualdad de oportunidades atendiendo de modo particular a los que menos recursos tienen.
La clave de todo este simposio se puede resumir en dos palabras, que encierran conceptos esenciales en el modo de entender la educación y el papel de la escuela y las familias en el crecimiento y el bienestar social, presente y futuro: personalización del aprendizaje.
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